Hablemos de Depredador, de John McTiernan (1987)

¡Buenos días! Hoy vamos a hablar de una legendaria película del terror y la ciencia ficción y, para que negarlo, la testosterona. Vamos a ello.

    Pocas películas se me ocurren más legendarias para un género concreto como esta. Épica, horror, originalidad y un todo que se conjunta a la perfección para llenarnos el gaznate con frases badass inolvidables al ritmo de Long Tall Sally


    No obstante, no siempre fue así. Iba a ser una película cutrecilla surgida de un chiste sobre que Rocky tendría que pelear contra un alien para Rocky V, el cual era una cosa alargada de gomaespuma feisimo interpretado por Van Damme dando patadas por ahí. Por suerte el actor acabó por rechazar el papel y la dirección de la cinta acabó en manos de uno de los directores de acción más maravillosos de la historia: John McTiernan. Este señor, con pasión y muchísimo esfuerzo (porque las condiciones en las que se grabó la película eran casi tan sofocantes y húmedas como se intuye) creo esta maravilla.

    Y es que todo se conjunta, de veras, a la perfección. La historia comienza de un palo, plantándonos la que para mi es al uncia escena regulera de la película: el ataque al campamento rebelde, que aún así salvo por ver a Schwarzenegger levantando una camioneta y por las frases icóncas que hay aglomeradas. No obstante, más pronto que tarde, todo se volverá un juego del gato y el ratón donde, uno a uno, iran cayendo todos. Un grupo de élite atrapado en una selva tropical y cazados como animales. Como sinospis creo que es inmejorable. La tensión se masca en cada momento, cuanto más avanza no hace más que aumentar, llevándonos a un par de climax a falta de uno solo. La trama persé es muy sencilla, pero el ritmo frenético la mantiene en alza de principio a fin, junto con las otras muchas virtudes que ahora comentarermos.

    Otro de los puntos claves son los personajes.  Lo primero es que están interpretados por un plantel envidiable: desde el genial Shane Black hasta Carl Wheathers, lejos de su gran Apollo Creek. Tenemos a mi adorado Bill Duke compartiéndo escena con Sonny Ladham, el de los Warriors (1979) nada menos y el putísimo Jesse Ventura (que hace a mi personaje favorito de la película). Y todo este reparto de puro lujo encabezado por Arnorld Motherfucking Schwarzenegger, el actor más icónico de lo icónico, el señor del cine acción, el terminator, Conan, John Matrix. Nada más que esto ya la volvía una firme candidata a buena película. Tanta calidad actoral tenía que salir por algún lado. Puede que ninguno os parezca un Ralph Fiennes o un Leonardo Dicaprio, pero todos estos actores son carismáticos hasta la médula y saben imprimir eso en sus personajes, los cuales McTiernan monta con mucha mano derecha y nos define en apenas unas líneas de diálogo y un par de gestos. Antes de que bajen del helicóptero te has quedado con todos, con sus fuertes personalidades y quieres que todo les vaya bien. Conseguir que te encariñes de unos personajes con tan poquísimo es realmente difícil y esta película lo logra. Son tipos duros pero tienen espacio para el sentimentalismo de compartir después de tantos años de momentos entre la vida y la muerte juntos. Coger a tantos pozos de testosterona juntos y crear una química tan buena entre ellos y un afecto tan genuino no es fácil y, de nuevo, aquí se consigue. Además, también hay que destacar le portentoso trabajo físico que hay detrás y como McTiernan le instó mucho a ello y que les da aún más esa sensación de poder que da mucho más impacto a sus muertes, volviendo al depredador todavía más imponente, al estilo de lo que Cameron hacía el año anterior con Aliens: El Regreso (1986).

Esta mierda hace que Camboya parezca Kansas

    Y eso que todavía no hemos hablado del Depredador. Desde el principio, empezando ya mismo por la propia caratula de la cinta, hay un misterio muy palpable rodeándolo todo. Las inexplicables muertes de Hopper y su equipo y después las de los protagonistas. Apenas un reflejo, tecnología extraña y cosas que no deberían ser posibles. McTiernan lleva todo el asunto del depredador con misterio, incluso con cierto misticismo y superechería. Se cuida, además, de enseñarnos a la criatura. Apenas veremos un par de reflejos y no es hasta la mitad de la cinta cuando nos permitirán ver una monstruosa mano y poco más. Hasta el mismo final, en ese insuperable duelo uno a uno, hombre contra monstruo y cazador contra cazado, no veremos por completo a la criatura. Hay algo del diseño del yautja que apasiona, es esa mezcla de tecnología avanzada y tribalismo, ese placer morboso por los premios, esa sensación de trabajo manual cuando se cura o cuando limpia los cráneos y las columnas de su victimas. Esa mezcla que lo hace parecer de leyenda y de ciencia ficción todo a un tiempo. Ese extraño honor, esos ritualismos tan salvajes para un ser tan avanzado. Es una criatura apasionante que despertó en su momento la imaginación de miles de personas, especulando sobre ese ser y augurando la franquicia en la que llegaría a convertirse su propia raza, mezclándolo incluso con otro de los grandes alienígenas de la época.

    McTiernan es un grandísimo director y aquí no hace más que demostrarlo, con esos planos largos, algunos planos aberrantes y momentos donde la cámara es casi tan frenética como la acción que la rodea, con grandes planos generales para captar del todo el gran entorno donde se mueve y planos cercanos que nos ayudan a respirar ese mismo aire cálido que se respira en la cinta, ese miedo palpable de los protagonistas, esas escenas donde el yautja no ve pero esta tan cerca que hasta el más mínimo movimiento podría revelar su posición. La cámara de McTiernan esta tan viva como sus personajes y eso es gloria de ver. Destaco, por filia propia, el plano inicial que es casi idéntico al de La Cosa (1982) de Carpenter y me gusta pensar que dos de mis películas preferidas se referencian de algún modo. Además, McTiernan tiene el acierto de no hacer girar el film entono a Schwarzenegger y dejar que los otros magníficos actores tengan también su parte del pastel. Es una muy buena decisión, sobretodo con este casting, porque a Schwarzenegger le sobra carisma para brillar con que le des dos escenas sueltas, más si lo pones de protagonista. 

Que preciosidad

    Destaca, por supuesto, los insuperables efectos especiales de Stan Winston que siguen quitando el aliento a día de hoy y con algunos momentos en digital para simular la invisibilidad del yautja hechos con mucha mano derecha y la banda sonora magistral e icónica de Alan Silvestri, que nos pone en tensión desde el segundo que comienza a sonar y que tiene licencias creativas verdaderamente interesantes, como el uso de cuernos y otros instrumentos tribales para ir más acorde con las ideas de la cinta, así como la fotografía de Donald McAlpien que transmite a la perfección ese calor y esa sensación de humedad que toda la película refuerza, además de tener planos verdaderamente preciosos y bien encuadrados (¿Quién no se acuerda de ese plano con Schwarzenegger gritando para atraer al yautja?). 

    En general es una cinta de acción y terror redonda, llena de momentazos y que pota carisma (y testosterona) por los cuatro costados. Ya rara vez se hacen películas con este nivel de molonidad pura y dura, simple y bestial, La ultima que recuerdo es Mandy (2018)

    En fin, una pasada imprescindible.

    PUNTUACIÓN: 💀💀💀💀💀 (sobresaliente)

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