Hablemos de El Ritual, de David Bruckner (2017)

Pues vamos con la cinta que todo el mundo cataloga como la mejor película de terror made in Netflix. veamos como de verdad es eso.




    Estamos ante un drama atado con cinta aislante a una película de terror. Ambas por separado son bastante buenas pero juntas no termino de verlas más allá de en lo superficial. Me voy explicando.

    Esta cinta basa su drama (y su conexión con el terror) en algo que otra cinta anterior ya hacia (de una manera más acertada, permitidme decir): El descenso, del maravilloso Neil Marshall. La teoría básica es como una desgracia personal (ambas estrechamente relacionadas con la muerte) llevan al protagonista y sus amigos (poned esto en femenino en el caso de El descenso) a huir a la naturaleza como medio de expiación. Esta ideas, a priori buena, acabará llevándolos a un pozo de desesperación y horror natural, en el caso de El descenso a través de esos monstruos de las cavernas y, en el caso de El Ritual,  a través de una especie de dios nórdico renegado con apetito por los sacrificios. Es un concepto chulo pero, mientras que en El descenso esta idea se usaba para enfrentar a la protagonista a sus miedos y llevar a sus relaciones de amistad a abismos nunca imaginables, en El Ritual se hace más torpe.

    El viaje, en principio, no es más que un guiño bonito para recordar a un amigo fallecido. En principio es incluso más interesante, porque los amigos del protagonista (al contrario que en El descenso) aquí pueden culpar al protagonista de una manera más o menos acertada por la desgracia que antes os comentaba. Sin embargo, ese odio sale a flote demasiado pronto, casi sin necesidad del elemento sobrenatural a empujar nada y, además, se acaba dejando en el ultimo cuarto de película, sin llegar a ningún momento catártico, como si nos daba El descenso con aquella pelea final entre amigas. Simplemente es un elemento de drama añadido del que casi se olvidan por completo en cuanto ese monstruo sobrenatural comienza a cobrar más protagonismo. Como os decía, parecen dos elementos llevados de manera paralela, atados burdamente.

A los dioses nórdicos siempre les gustaron los sacrificios.

    El terror esta mejor planteado que el drama, o al menos te hace olvidar más la falta de cohesión de la cinta. El bosque colosal, con copas tan altas que no pasa ni el sol, las cabañas mohosas y los sacrificios y pistas encontrados por el camino (como una versión exagerada y visceral de El proyecto de la bruja de Blair (1999)) van sembrando una larga sombra sobre nuestros protagonistas. El momento en el que deciden acortar por el bosque todo se siente mal, inestable. Esto, unido a unas pesadillas prácticamente alucinatorias llenas de sudores fríos, culpabilidad y ruidos monstruosos, añaden muchísimo a la ambientación, ya de por si gloriosa. El diseño del monstruo es casi tan extraño y grotesco como el de los totems
para rendirle culto. Una forma hecha a trozos con extremidades donde no deberian estar y motivos trivales que hacen recordar a cosas todavía más oscuras y antiguas que un dios nórdico. Su parentesco con Loki se nota solo a medias, con esas visiones sobre la desgracia que atormenta al protagonista o camuflándose como algún ser querido de los personajes. La conexión que lo une al protagonista esta un poco cogida con pinzas, eso si, además de tampoco llevar a nada significativo. Podían haber tratado de querer matarlo como al resto y la película hubiera seguido igual, sin ese elemento que lo único que hace es debilitar el conjunto.

    Los personajes lo primero es que están bien actuados, se sienten muy naturales la mayoría del tiempo. También es verdad que les falta carisma a raudales, no consigo acordarme de prácticamente ninguno de sus rasgos de personalidad individuales ni de algo de su historia. Nada. Todos son muy parecidos, quizás el protagonista si que es un poco más diferente por el trauma, pero en general no es algo muy trabajado. De hecho, aquí los amigos no tienen más objetivo que atormentar al protagonista y ser el hilo de su propia historia. Y siento si soy muy pesado, pero EL descenso, que tanto se parece a esta cinta, hace lo mismo pero mejor. Allí no solo diferenciamos a las amigas de la protagonista si no que también tienen sus propios hilos argumentales, aunque el del personaje principal sea el que más tiempo tiene por ser el más importante.

La ira de los dioses.

    Me parece muy correcto destacar la preciosa fotografía de esta cinta, que siempre consigue encuadres enfermizos intercalados con otros tenebrosamente bellos. Te muestra un bosque lleno de sombras dentro de sombras, flota por encima de todo como una niebla de irrealidad deliciosa que crea muchísimos planos verdaderamente impresionantes.

    La banda sonora es otra joya, alternando entre cánticos rituales, golpeteos de tambor de guerra y ritmos fuertes y rápidos de pura tensión que hacen subir la presión arterial. Todo se junta en un cóctel que agiliza la cinta y la ambienta de milagro, solapándose muy bien con el resto de elementos de la cinta.



    No quiero sonar muy duro, El Ritual no es una mala película. Se pasa rápido, da miedo y crea muchos momentos muy potentes, pero unos elementos mal unidos, una historia entrelazada de manera rara y con cabos sueltos bajan un poco el nivel de un conjunto por lo general bueno.

    PUNTUACIÓN: 💀💀💀 (bueno)

Comentarios

  1. La tenía como pendiente jeje quizá la dejo para más adelante.

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    1. No es una mala cinta, aunque quizás tiene poca cohesión. SI quieres algo parecido pero mejor échale un vistazo a El descenso, de Neil Marshall ;)

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